"La isla"-"Insula"de Virgil Diaconu. Traducción de rumano a español por Elisabeta Boțan.
La isla
Esta mañana el jazmín
y el azufre son el horizonte.
En los
matorrales –el alma alborotada.
Por aquí han pasado seres de otro mundo, y él les busca
la huella.
No hay más que gorriones, que descubren en el aíre el
sendero
que la
isla esconde entre piedras y hierbas.
No es más que una huida de lagartos, que sacude
las hierbas.
No es más que la riña de los arrendajos caída del
cielo.
Son los semblantes de la eternidad en la tierra.
¿Quién se atreverá a contarlos? El ejército de los
escaramujos florecidos
y los arrendajos que han conquistado el aíre son tantos
senderos
para el recién llegado desde las cenizas de la
noche.
Atrapado bajo el hacha, el topo les servirá por un tiempo
de alimento a
las hormigas rojas...
Otro día más y dirás que nisiquiera pasó.
¡No te apresures! Tienes tiempo para alcanzar las urracas,
estos pensamientos en
blanco y negro que siempre se te adelantan,
fulgurando entre
árboles.
¡No te apresures! El sol volverá aquí
cada día
para desenterrar de
la oscuridad tu sonrisa segada por la angustia…
Ya puedes sacar la espina
del pecho.
La isla se despierta
en ti con todos los seres.
El canto de los
gorriones florece en tus ramas,
el bosque rebusca en
tu alma, buscando fresas de campo.
Y el río corre por
tus venas.
Bajo el relámpago recoges
las cenizas del topo abierto
y detienes la
oscuridad de la noche con una sola mano,
para el resto de la
noche.
Contactar con la traductora Elisabeta Boțan
La isla
Esta mañana el jazmín
y el azufre son el horizonte.
En los
matorrales –el alma alborotada.
Por aquí han pasado seres de otro mundo, y él les busca
la huella.
No hay más que gorriones, que descubren en el aíre el
sendero
que la
isla esconde entre piedras y hierbas.
No es más que una huida de lagartos, que sacude
las hierbas.
No es más que la riña de los arrendajos caída del
cielo.
Son los semblantes de la eternidad en la tierra.
¿Quién se atreverá a contarlos? El ejército de los
escaramujos florecidos
y los arrendajos que han conquistado el aíre son tantos
senderos
para el recién llegado desde las cenizas de la
noche.
Atrapado bajo el hacha, el topo les servirá por un tiempo
de alimento a
las hormigas rojas...
Otro día más y dirás que nisiquiera pasó.
¡No te apresures! Tienes tiempo para alcanzar las urracas,
estos pensamientos en
blanco y negro que siempre se te adelantan,
fulgurando entre
árboles.
¡No te apresures! El sol volverá aquí
cada día
para desenterrar de
la oscuridad tu sonrisa segada por la angustia…
Ya puedes sacar la espina
del pecho.
La isla se despierta
en ti con todos los seres.
El canto de los
gorriones florece en tus ramas,
el bosque rebusca en
tu alma, buscando fresas de campo.
Y el río corre por
tus venas.
Bajo el relámpago recoges
las cenizas del topo abierto
y detienes la
oscuridad de la noche con una sola mano,
para el resto de la
noche.
Insula
Iasomia şi sulful sunt orizontul în
dimineaţa aceasta.
Prin hăţişuri – sufletul tulburat.
Făpturi din altă lume au trecut pe aici,
iar el le caută urma.
Nu-s decât vrăbiile, care dezvelesc în
aer cărarea
pe care insula o ascunde printre pietre
şi ierburi.
Nu este decât goana şopârlelor, care
cutremură ierburile.
Nu e decât cearta gaiţelor căzută din
cer.
Sunt chipurile pe pământ ale veşniciei.
Cine va cuteza să le numere? Oastea
măceşilor înfloriţi
şi gaiţele care au cucerit văzduhul sunt
tot atâtea cărări
pentru cel de curând sosit din cenuşile
nopţii.
Oprită sub secure, cârtiţa va mai ţine o
vreme în loc
foamea furnicilor roşii…
Încă o zi şi vei spune că nici nu a fost.
Nu te grăbi! Ai încă vreme să prinzi din
urmă coţofenele,
aceste gânduri în alb şi negru care ţi-o
iau mereu înainte,
fulgerând prin copaci.
Nu te grăbi! Soarele se va întoarce aici
în fiecare zi
ca să dezgroape din întuneric surâsul tău
cosit de nelinişte…
De-acum poţi să scoţi spinul din piept.
Insula se trezeşte în tine cu toate
făpturile.
Pe ramurile tale înfloreşte cântecul
vrăbiilor,
pădurea îţi cotrobăieşte prin suflet, în
căutare de fragi.
Şi râul îţi aleargă prin vene.
Din cârtiţa deschisă sub fulger aduni
cenuşă
pentru tot restul nopţii,
opreşti întunericul cu o singură mână.
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